Dicen que al buen entendedor pocas palabras. Mientras el PRI hace gala de una extensa experiencia en al arte de incordiar, dividir, seducir… está en la antesala de preparar la unción de su candidato presidencial totalmente alineado al proyecto de país que solo se vio interrumpido –a juzgar por los resultados- por 12 años del PAN en el gobierno federal.
No quiere decir que todo vaya miel sobre hojuelas para el tricolor. En realidad el PRI está por sortear una lucha interna soterrada, pero, eso es el PRI, el partido que si bien muestra signos de resquebrajamiento en la superficie, mantiene la línea de flotación y está demostrando una operación quirúrgica respecto al desorden de sus adversarios. No es gratuito que el PRI lleve casi 90 años como institución política de la mano con la historia de México y está moviendo los hilos de la contienda política rumbo a 2018.
Lo que debemos de preguntarnos hoy, y los militantes panistas en primerísimo lugar, es: ¿De qué lado está Acción Nacional? ¿Qué representa hoy el PAN? ¿Va a ser comparsa de la regresión autoritaria que claramente trazó el PRI desde que regresó al poder?
Es pertinente preguntárselo porque no ha hecho más que desdibujarse –o alinearse- según se vea. Primero, con Gustavo Madero y Ricardo Anaya, al frente de la dirigencia nacional; y ahora, Margarita Zavala y Felipe Calderón pretendiendo ser manivelas o boicoteando una institución que se rompió por sí misma desde que Vicente Fox trabajó como presidente.
La renuncia de Margarita Zavala puso en evidencia el extravío histórico en términos de oposición y democracia que vive el PAN y mostró de manera abierta y clara el pacto Peña-Calderón que tanto han negado desde el círculo rojo. Por su parte, Ricardo Anaya, lo entregó a una Alianza de partidos que nada tiene que ver con la ciudadanía pero sí con los intereses cupulares que el propio PRI ha orquestado desde el Pacto por México. Y si no, ahí están tres botones de muestra: Silvano Aureoles, en Michoacán; Graco Ramírez, en Morelos; y Miguel Ángel Mancera, en la Ciudad de México.
En el ámbito de los independientes ni hablemos. Ríos Píter, El Bronco, Ferríz de Con y los que se sumen, aparecen ahí por la misma razón por la que Ricardo Anaya y Margarita han dividido a los panistas: el cortoplacismo y la elección del 2018.
Hay juego nuevo señores. Las fichas cambian y es pertinente señalar que sumar aritméticamente las preferencias por partidos que han mostrado las encuestas, es un gravísimo error. Por otra parte, el malestar ciudadano sigue ahí. Los sismos y los huracanes han hecho su labor y el protagonismo del PRI y el control del presupuesto y las instituciones, es clave.
Es curioso, pero la máxima que han sintetizado contra López Obrador es “contra el populismo autoritario” sin consentir que precisamente es lo que poco a poco el PRI nos ha ido dosificando en el país. La discusión del Fiscal General de la República, la presión sobre medios de comunicación y la partidización de instituciones como el INE, son otro claro signo de ello.
Lo que debe ocuparnos –y preocuparnos- hoy, es saber: ¿De qué lado está Acción Nacional? ¿Qué representa hoy el PAN? ¿Va a ser comparsa de la regresión autoritaria que claramente trazó el PRI desde que regresó al poder? ¿No les bastó hacer el ridículo en el Estado de México y Coahuila?
Por cierto, a nivel local no cantan malas rancheras. Ya se perfilan los precandidatos para las posiciones que estarán en juego a nivel estatal, y siguen en la luna de miel de la transición. En fin.
@leon_alvarez