Incremento de tarifas, alza de precios, presión para tasa de interés

Aún y cuando se ha dicho hasta el cansancio que 99% de los hogares mexicanos no se verán impactados por el incremento a las tarifas de luz, a partir de este primero de noviembre, su efecto se dejará sentir como en cascada sobre los precios de productos y servicios, y por presionar la tasa de interés, y frenar la alicaída economía mexicana, durante el último trimestre de 2016.

Y es que para nadie es un secreto que los aumentos a las tarifas de energía eléctrica en los últimos meses son un lastre para las empresas, en especial para las pequeñas y medianas, puesto que no generan un buen entorno para los negocios; por el contrario, la economía nacional se estanca y reduce la posibilidad de generar y atraer nuevas inversiones.

Desde julio pasado a noviembre se acumulan cinco incrementos consecutivos recetados a los mexicanos, en donde los sectores industrial y comercial resultan los más perjudicados.

Estos resultados son acciones contrarias a las promesas gubernamentales de reducir los precios de los combustibles, entre ellos, las tarifas eléctricas como lo hizo el presidente Enrique Peña Nieto hace tres años cuando presentó la iniciativa de reforma energética. Aquel 12 de agosto del 2013, el Presidente de México expresó que con la reforma energética, “se crearán cientos de miles de nuevos empleos y con mejores salarios; bajará el precio de la luz y del gas; igualmente bajará el precio de los fertilizantes y en consecuencia, nuestro campo producirá más, habrá más alimentos y con mejores precios».

Estas palabras, al primero de noviembre de 2016, representan un terrible “anti” discurso del Presidente pero, además, un lamentable golpe a sus proyectos reformadores. Un fracaso para el equipo económico que dirige el país que, en teoría, debería estar preocupado por la implementación de las reformas.

Por ejemplo, el uno de noviembre 2016, la tarifa industrial aumentó entre 5.6 y 7.2% y el sector comercial entre 3.3 y 5%; estos porcentajes, representan un alza acumulada de entre 17 y 23% en lo que va del año. Sin embargo, de acuerdo a estimaciones del sector empresarial y de las expectativas inflacionarias del Banco de México, sumará un ascenso de la inflación de entre 25 y 30% en comparación con los precios reportados en el cuarto trimestre del año pasado.

Lo más preocupante, sin duda, es que se agrava la situación financiera de la economía en su conjunto derivado de la presión que se ejercerá de manera directa hacia un nuevo incremento de la tasa de interés; principalmente, porque el costo de los créditos para particulares, empresas y gobierno, se disparará de forma progresiva, inclusive, agravando la situación económica de las familias antes, durante y después de las fiestas decembrinas, para tome previsiones.

Por otra parte, cobra enorme relevancia (y además es válido y natural) que los empresarios expongan sus reclamos al gobierno no solo por el aumento de tarifas eléctricas o de impuestos; sino por la excesiva permisibilidad hacia el sector informal en el robo de energía eléctrica y la elusión fiscal. En este sentido, la Comisión Federal de Electricidad ha reconocido pérdidas económicas anuales cercanas a los 14 mil millones de pesos, lo que equivale al 31% de la producción de energía eléctrica que se va a través de los diablitos y tomas de corriente ilegales en muchos puntos de la ciudades.

Ahora bien, el reciente aumento de tarifas eléctricas “curiosamente” se da durante el último trimestre del año, un periodo caracterizado por el enorme circulante y flujo de efectivo que de manera estacional se produce por la temporada decembrina, por los aguinaldos, las prestaciones y las compras compulsivas de fin de año. Pero en ello radica la peligrosidad de los aumentos. Por eso prevéngase, pague sus deudas, pero sobre todo, ahorre el excedente porque los tres primeros meses del año 2017 serán muy complejos.

Se dice hasta el cansancio que 99% de los hogares mexicanos no se verán impactados por el incremento a las tarifas de luz; no obstante, a partir de este primero de noviembre, su efecto se dejará sentir como en cascada sobre los precios de productos y servicios que terminarán por presionar la tasa de interés y frenar la economía mexicana durante el último trimestre de 2016.

@leon_alvarez

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