19 de junio de 2017
Servilismo institucional…
Si de algo (también) tenemos que estar muy molestos –todos- es por esa cultura de la auto-adulación y aplauso servil, a la que el PRI acostumbró a la clase política y a los ciudadanos. Donald Trump ya le aprendió a Peña Nieto, por cierto. Transmitido en vivo en la televisión nacional, todos los secretarios del despacho norteamericano agradecieron “la oportunidad de trabajar” al “señor Presidente” en los primeros 120 días de gobierno…
“lo que usted diga, señor Presidente/Gobernador”…
La disciplina, el silencio, la sumisión de los militantes del PRI y del Poder Ejecutivo, es lo mismo… Para muestra, lo que sucedió con parte del gabinete presidencial de Enrique Peña Nieto en el Estado de México. Al menos nueve secretarios de Estado fueron encargados de subregiones en el Estado de México para llevar a cabo la estricta aplicación de las instrucciones presidenciales: entrega de despensas, pega de calcamonías, entrega de apoyos y tinacos…
La debacle…
Parte de la gran debacle y derrota del PRI en Durango el año pasado se debió a que la burocracia, cansada de abusos, de ir “a huevo” a los mítines, de limpiar terrenos urbanos de basura, de repartir propaganda y de aplaudir a los candidatos, se explica por esto…
Meritocracia y talento
Si no comienzan a revisar estos criterios de “lealtad institucional” y allegarse de talento, seguramente, cualquier anuncio o propuesta, por muy interesante que parezca, no va a funcionar si no se acompaña de mérito y experiencia.
El Cantinero