Crecimiento del PIB, mediocre e inercial…

A finales de junio INEGI informó que las exportaciones manufactureras tuvieron muy buen desempeño en los primeros cinco meses del año. Comparado con el mismo periodo del año pasado, las automotrices crecieron 9.4%, mientras que las no automotrices aumentaron 8.3 %. Estos datos confirman que está regresando, después de casi un par de años de ausencia, nuestro motor principal de crecimiento a nivel nacional.

Las cifras de la balanza comercial para el primer trimestre del año señalan un avance de 2.2% respecto al trimestre anterior. Sin embargo, no es lo mismo la entrada de dólares nominales (de la balanza comercial) que la contabilización del volumen de exportaciones, que es lo que miden las cuentas nacionales. Tenemos que sumar los servicios exportados (principalmente turismo), convertir a pesos y deflactar por el índice de precios de exportación. El resultado es que las exportaciones en cuentas nacionales crecieron 4.4%, no solamente lo doble que el registro de la balanza comercial, sino que resulta el componente más dinámico del PIB medido por el lado del gasto.

Esta noticia es muy buena, ya que en el mismo periodo se observaron tasas negativas para la inversión pública (-3.7%), el consumo de gobierno (-0.5%) y la inversión privada (-0.7%). El consumo de los hogares mostró una muy pequeña desaceleración (a primera vista), ya que creció 0.67% comparado con 0.75% del trimestre anterior. De hecho, si las exportaciones continúan creciendo a buen paso, podríamos esperar tasas positivas para la inversión privada en poco tiempo. Lo único que no tiene remedio es el gasto público, ya que el gobierno pasa por un proceso necesario de consolidación fiscal, en detrimento de la mayoría de las entidades federativas.

El buen desempeño del trimestre, en especial de las exportaciones, ha llevado a una revisión al alza en el consenso de crecimiento para el año. De una expectativa alrededor de 1.5% que teníamos hace unos meses, ahora las encuestas de especialistas anticipan una tasa de 2.0% de crecimiento del PIB para 2017. De cumplirse, veremos solo una pequeña desaceleración, ya que el año pasado crecimos 2.3%. Sin embargo, debemos estar conscientes que la comparación es contra el año pasado, un año que también fue complicado en términos de crecimiento económico. Es decir, mediocre e inercialmente, vamos a crecer al mismo ritmo que lo hemos hecho en los últimos 30 años.

Ahora bien, como en entregas anteriores en esta columna, el énfasis debemos hacerlo en el consumo privado de bienes nacionales. Precisamente: el consumo de los hogares. El promedio de los primeros tres meses del año resultó 0.67% superior al trimestre anterior. Sin embargo, el consumo de marzo resultó -1.1% inferior a diciembre, por lo que claramente hubo una trayectoria negativa en el transcurso del trimestre. Existen múltiples indicadores complementarios que apuntan hacia una desaceleración mucho más significativa en el consumo privado. Posiblemente el más importante es la aceleración en la inflación, que ha mermado significativamente el poder adquisitivo de las familias.

En principio, no se debe medir el consumo total de las familias para el cálculo del PIB, sino solamente la de bienes y servicios de origen nacional. Dada las complicaciones estadísticas, cada componente se mide en su totalidad y al final se restan las importaciones totales. De esta forma queda la producción interna del país para el total, pero no queda tan claro cuánto fue la parte interna para cada uno de sus componentes. Dado que las importaciones crecieron 6.2% en el primer trimestre, vimos una expansión muy robusta en la demanda agregada. Pero dado que sabemos que hubo importaciones muy elevadas de bienes de consumo no petroleros, podemos inferir que el consumo de bienes y servicios de origen nacional no creció en el primer trimestre, por lo que su desaceleración fue muy pronunciada. De ahí que la “proveeduría local o de bienes nacionales” está colapsada.

Aparentemente, la importación de bienes de consumo del primer trimestre fue excepcional, por lo que no debe mantenerse. La pregunta es que, si se va sustituir por bienes de origen nacional, lo que ayudaría a que el consumo de los hogares que contribuye al PIB se recupere en lo que resta del año. Si no sucede esto con el consumo de bienes nacionales (Consumir lo hecho en México o Durango), podríamos anticipar una mayor desaceleración.

@leon_alvarez

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