Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del viernes 27 de enero de 2017. Por la borda, la falsa ilusión de Luis Videgaray. Nadie puede evadir que el Presidente Peña fue obligado a declinar la reunión con Trump. Tampoco se puede decir que el primer round lo ganó Peña Nieto, pero es claro que no lo perdió. La decisión de cancelar la visita a Washington le otorgó al presidente mexicano un respaldo que hace mucho no conseguía en México. ¿PRImer PRImo, al Edomex?
Peña tuvo oportunidad de plantarse en firme la noche del miércoles
Mientras tanto en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que “en medio de tanto embrollo, queda claro que en el gobierno mexicano no entienden que no entienden al consistente Donald Trump. Y lo peor: Trump ya les tomó la medida. Cuando el magnate empezó a usar a México como piñata electoral, la respuesta de este lado fue: ‘vamos a analizarlo’. Cuando dijo que levantaría un muro, le respondieron: ‘creemos en puentes, no en muros’. Cuando ya Presidente electo volvió a insistir en el muro, la postura fue: ‘dialoguemos’. Y ya que Trump firmó la orden para construir el muro, de Los Pinos salió un tímido: ‘estamos viendo si cancelamos la reunión’. El Presidente Peña tuvo oportunidad de plantarse en firme la noche del miércoles anunciando que no iría a Washington… y no lo hizo. Haya sido porque hubo acuerdo o hubo titubeo, Mr. Potus no iba a perder la iniciativa: dio madruguete tuitero y a Los Pinos no le quedó más que confirmar que no habría encuentro. Pero, bueno, Luis Videgaray fue honesto: él está aprendiendo. La cosa es que también Trump ha sido muy sincero: amenaza que lanza, amenaza que cumple”.
http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=105877&po=3
Los tamborileros de Peña
Raymundo Rivapalacio escribe hoy en Eje Central sobre la incompetencia y la burbuja de cristal en la que todavía se mantiene Peña Nieto. Al respecto, escribe que: “La incompetencia de su equipo está hundiendo al presidente Enrique Peña Nieto. En un forcejeo tête à tête con el presidente Donald Trump en la arena de la comunicación política, Peña Nieto parece un peso ligero en el cuadrilátero donde enfrenta a un tipo que pelea como Primo Carnera, sin técnica y rústico, pero con una pegada demoledora. Le bastaron a Trump 96 palabras para noquear a Peña Nieto. Si no va a pagar el muro, que ni venga a Washington, fue el mensaje al presidente mexicano que todavía el jueves por la mañana estaba preparando viajar a Washington el próximo martes. Peña Nieto se dejó engañar por su equipo, que le tradujo las amenazas de Trump como una postura conciliadora, y se dedicó a esparcir en los medios de comunicación, reflejado en las columnas políticas, que el trabajo del canciller Luis Videgaray en la Casa Blanca había sido de tal éxito, que obligó al toro presidencial a matizar sus comentarios antimexicanos. La suma de sus acciones generó una expectativa tan alta que al humillar Trump al presidente de México, sucede lo que dice la física: cuando se sube tan alto, se cae desde muy alto. Primitivos en su conocimiento de Washington, y con músculo fofo, los comunicadores peñistas elevaron las expectativas sobre las capacidades y posibilidades mexicanas. Videgaray fue el vaquero que domó a Trump y recuperó para todos la dignidad nacional. Lo que promovieron los operadores de Peña Nieto en los medios fueron, en realidad, mentiras.
http://www.ejecentral.com.mx/estrictamente-los-tamborileros-de-pena/
Oportunidad que dejó pasar… EPN reaccionó tres horas después
Julio Hernández López escribe en La Jornada, en su columna Astillero, que el presidente Peña tardó en reaccionar y perdió momentos cruciales que lo hubieran encumbrado con los mexicanos y con la mayoría de los países del mundo. Finalmente canceló, pero tres horas después: “Enrique Peña Nieto (EPN) no aprovechó, la noche del miércoles, la insólita oportunidad de aparentar un arranque de dignidad política y cancelar por iniciativa propia la cita que Donald Trump le había asignado para el próximo martes en la Casa Blanca. Eso no resolvía el problema de fondo, y serviría solamente como gesto efectista patriotero (el autor de esta columna sostiene su punto de vista de que EPN debía haber ido a Washington, no a convalidar, sino a confrontar), pero le habría dado al apabullado mexiquense cierto respiro escénico que mucha falta le hace. A lo más que llegó el estresado Enrique fue a pronunciar algunas frases más o menos de cajón (México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro) y a anunciar que otro día anunciaría las medidas a tomar, pues esperaría los reportes de su predominante neuronal, Luis Videgaray, y realizaría consultas con el Senado y con la Conferencia Nacional de Gobernadores (las tomas de su mensaje nocturno a la nación lo mostraron tenso, sobreactuado a la hora en que el libreto decía enojo, incluso más acentuado el tic delator que achica su ojo izquierdo). Pero no se subió Peña al camión que muy probablemente no volverá a cruzar por su camino. No representó el enojo generalizado ante las ofensas de Trump, que ese mismo día había anunciado el inicio de la construcción del mentado muro fronterizo, ni se convirtió en el líder de la nación al que diversas fuerzas políticas, incluso opositoras, excitaban a ponerse al frente y defender con entereza a la nación, haiga sido como haiga sido el pasado de ese mismo Peña, con el propio Andrés Manuel López Obrador invitando a apoyar al priísta y exhortándolo a que anunciara (a tiempo) su decisión de no ir a la cita ignominiosa. Y resulta que Trump leyó políticamente los titubeos de Peña y, a las 7:55 de la mañana del jueves (hora de México), ya estaba manteniendo la iniciativa: si México no iba a pagar la construcción del muro, sería mejor que se cancelara la reunión del martes. Era una virtual cancelación de dicha cita. Un grosero cierre de opciones: vienes y te comprometes a pagar, y te vas. O mejor ni vengas. Una vez más, Trump le ganaba la delantera a Peña. Una vez más, la iniciativa, las propuestas, las decisiones, estaban de un solo lado. ¡Casi tres horas después, a las 10:48, Peña Nieto apenas estaba reaccionando para tuitear que no iría adonde ya no lo estaban invitando más que de inaceptable forma condicionada! Así escribió EPN: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS”. Más tarde, el mencionado POTUS (la prosodia a la mexicana rápidamente hizo enroques vocálicos que reflejan mejor su opinión sobre dicho Presidente of the United States y sus coequiperos) aseguró ante miembros del Partido Republicano que la cancelación se había decidido de mutuo acuerdo. Y pronunció una frase con pretensiones de justificar la declaración de guerra (no sólo comercial) contra el país vecino: A menos de que México trate a Estados Unidos de forma justa y con respeto, ese encuentro habría sido inútil o infructuoso. Y yo quiero ir por otro camino. No tuve opción. Poeshito güero, los vecinos no lo trataron con justicia y respeto porque no aceptaron pagar el muro que él, el güero POTUS, decidió levantar cargándole el costo al otro”.
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/27/opinion/008o1pol
Trump vs Peña, ¿quién ganó el primer round?
Luis Miguel González, Director Editorial del periódico El Economista, escribe lo siguiente: “El Gobierno de México no quería el pleito, pero se tuvo que calzar los guantes. El primer round acaba de terminar y no lo ganó Donald Trump. La agresividad del presidente de EU le resultó contraproducente. Se llevó un fuerte golpe al ego cuando el presidente mexicano le canceló la cita. En el territorio de las políticas públicas también salió raspado. Quedó en evidencia que no tiene resueltos los detalles de los planes que quiere implementar. En el caso del muro, no sabe cuánto costará; ni cómo se financiará. No se puede decir que el primer round lo ganó Peña Nieto, pero es claro que no lo perdió. La decisión de cancelar la visita a Washington le otorgó al presidente mexicano un respaldo que hace mucho no conseguía en México. Ese respaldo le significa un tanque de oxígeno, cuando más lo necesitaba. La cancelación de la reunión con Trump fue un gancho al hígado del buleador neoyorquino. Éste quedó desconcertado. En Washington, ya no pueden dar por seguro que saben cuál será la siguiente maniobra mexicana. El round se vivió como una pesadilla en los círculos diplomáticos de México y EU, pero no se tradujo en una carnicería en los mercados. La Bolsa mexicana registró una caída “normal”, mientras que el peso tuvo una ligera ganancia frente al dólar. Los mercados, luego de la toma de posesión de Trump, parecen haber asumido una actitud optimista. Queda por ver cuántas dosis de Valium le quedan a los inversionistas. ¿Cuándo volverán los nervios a manifestarse? La pelea será larga y sigue siendo dispareja, pero el primer round deja algunas lecciones. Se acabó la ilusión de que Trump presidente sería más tratable para México que el Trump candidato. También queda clara su propensión patológica a mentir. Luego del tuit de cancelación de Peña Nieto, el presidente de EU se refirió al hecho, diciendo que “de mutuo acuerdo acordamos suspender la reunión”. El 26 de enero nos dejó también una tarea: entender cómo funcionarán los impuestos que Trump piensa aplicar a México. No está claro si piensa en un impuesto de frontera (Border Tax) o en un impuesto ajustado en la frontera (Border Adjusted Tax). Tampoco sabemos si el impuesto serviría para pagar el muro de la frontera con México o para financiar el recorte generalizado de impuestos que ha prometido Donald Trump. Lo único evidente es que el equipo del presidente está descoordinado y no ha tomado una decisión. La argumentación trumposa a favor de un “gran impuesto” para las importaciones desde México está plagada de imprecisiones. Cuando se refiere al déficit comercial de 60,000 millones de dólares, no considera que una parte significativa del comercio entre estos dos países tiene que ver con una dinámica de producción compartida. La industria automotriz es el mejor ejemplo. Entre el 2009 y el 2014, EU compró 341,000 millones de dólares en autos y autopartes a México. De esa cifra, México adquirió 136,000 millones a EU para poder producir lo que este país le compraría. El déficit de EU con México es en realidad un superávit, si consideramos el contenido estadounidense que tienen los bienes mexicanos que entran en EU. Eso no obsta para que la idea avance. En la era de la post-truth, o verdad emocional, es más importante encontrar lo que la gente quiere oír que los hechos para soportar los argumentos. ¿Cuánto tiempo le durará el rollo de la película a Trump?
http://eleconomista.com.mx/caja-fuerte/2017/01/27/trump-vs-pena-quien-gano-primer-round
La falsa ilusión de Luis Videgaray
El anuncio de Donald Trump sobre la firma de la orden de construcción del muro entre México y Estados Unidos, tomó por sorpresa al Gobierno mexicano, quien se vio obligado a emitir un mensaje para manifestar su postura frente a esta decisión del Gobierno estadounidense. Al parecer, Trump comenzará a materializar sus promesas de campaña, las cuales amenazan la estabilidad de México, esto pese al escepticismo que se vivió durante la contienda electoral estadounidense, en el que se dudaba que pudiera llegar a ser Presidente, y en caso de llegar, se dudaba que cumpliera sus aventuradas promesas. Donald Trump ha asegurado que considera a México un país amigo, y que decisiones como la construcción del muro beneficiarán a ambas naciones, al menos esa es ilusión que le había vendido a los funcionarios mexicanos, quienes se han mantenido en actitud conciliadora frente a los embates de republicano, sin embargo, tras el tuit del magnate en el que dio un ultimátum al gobierno mexicano para aceptar pagar por el muro, la ilusión parece haberse roto. Al respecto en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe: “lo veníamos escuchando hace un año de algunos empresarios, políticos, miembros del gabinete, analistas: —No, hombre, está en campaña. Por eso dice lo que dice, imposible hacer el muro, está loco con eso de que lo paguen los mexicanos, renegociar el tratado sería un suicidio. […] En caso de llegar a la Casa Blanca será diferente […]. Aún después de aquel día cuando el Presidente Peña lo recibió en Los Pinos y el candidato se portó como un patán […]. El ‘spin’ del gobierno fue que había que establecer un diálogo, […] convencer de que sus propuestas eran o inviables o ilógicas. […]. No puede estar tan loco […]. Así, se dejaron pasar una, dos, mil agresiones. Antes de la elección y durante la transición, respecto a cualquier tema Trump ha sido…Trump. […] Si algo se puede decir de él es que es el mismo como estrella de televisión, como candidato y como Presidente. Y ahora, con más razón, porque está convencido de que fue esa personalidad y todas esas ideas las que lo llevaron a la Casa Blanca. Como había sucedido antes, con Trump ya electo, en Los Pinos se convencieron de que la relación de Luis Videgaray con el yerno del magnate era la vía para convencerlo de que lo que había dicho miles de veces en la campaña era una locura, una insensatez. […] como se había reportado, […] Trump hace lo que Trump quiere. Ayer, Luis Videgaray dijo que hacer que un vecino pague por el muro de tu casa es inaceptable. ¿No lo era antes? Pues no, pero alguien tuvo la ilusión de que Trump no lo decía en serio […]. O que serían los funcionarios mexicanos quienes lograrían en Trump lo que nadie, nunca, ha logrado. Al menos ahora, espero que ya lo entiendan […]. Es tiempo de creerle al Presidente de Estados Unidos. Y actuar en consecuencia.
En el Excélsior, el periodista especializado en temas parlamentarios, Francisco Garfías, coincide en que hubo un doble mensaje por parte del republicano Donald Trump, pues mientras nos llamaba amigos, recibió a Videgaray con una orden para construir el muro, y comenta que “el mensaje ‘Si no pagan, no vengan’ que Donald Trump dirigió a las autoridades mexicanas en su cuenta de Twitter cancelaba de facto la programada visita del Presidente Enrique Peña Nieto a Washington, el 31 de enero próximo. El jefe de ‘La Casa de los Blancos’ […] se adelantaba de este modo al anuncio que tres horas después haría el mandatario mexicano, con el respaldo de todo el país, oficializando la anulación del encuentro. Trump había decidido golpear primero, antes de verse públicamente desairado por Peña. El gringo dijo unilateralmente que la cancelación del encuentro fue en ‘acuerdo mutuo’ con Peña Nieto. Y más tarde volvió a hablar para su tribuna: no habrá reunión hasta que México trate a Estados Unidos con ‘justicia y respeto, no hay otra opción’, subrayó […]. Su grosera postura contrastaba con las cordiales palabras que había pronunciado la víspera ante legisladores republicanos. Esa vez dijo que el muro beneficiaría a ambos países. ‘Ayudará a controlar la migración ilegal de Centroamérica en México y a combatir a los cárteles de la droga’. Hasta ‘amigos’ nos llamó a los mexicanos. ¿Por qué de la noche a la mañana el radical cambio de tono?”.
http://www.milenio.com/firmas/carlos_puig/falsa_ilusion-luis_videgaray-muro-trump_18_892290786.html
Peña frente al muro
Por su parte, en El Universal, la periodista Katia D’Artigues, destaca la falta de contundencia del gobierno mexicano frente a las decisiones de Donald Trump y asegura que una vez más, Peña Nieto perdió la oportunidad de hacerle frente al republicano y recuperar algo de su ya desgastada imagen y asegura que: “el pasmo, la parálisis. Así se percibe al gobierno mexicano frente a la realidad amenazante que es Donald Trump […]. Vamos por la primera semana […] de la gestión de Trump pero en menos de 24 horas, las relaciones entre Estados Unidos y México quedaron en su peor punto. Queda ya claro que Trump planea cumplir lo que prometió […]. No importó que el canciller Luis Videgaray se encontrara en Washington […], Trump anunció en Twitter su plan migratorio y que el mentado muro va y lo pagará México. Qué oportunidad perdida del (poco) liderazgo que le queda a Enrique Peña Nieto: en lugar de usar el mensaje del miércoles en la noche para cancelar la reunión y otros anuncios… se esperó […]. Lo que dijo fueron cosas que ya habíamos escuchado […]. Fue Trump de nuevo quien ganó la nota porque fue el primero en poner el tuit:—Si México no está dispuesto a pagar el tan necesario muro, entonces sería mejor cancelar la inminente reunión. Hasta ese momento alguien en Los Pinos decidió que ah, sí, también debían tuitear algo y en la cuenta @EPN apareció: —Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS […]. Es lo malo de pensar, creo, que las cosas funcionan en el mundo como lo hacen en las élites mexicanas: es mi amigo, no pasa nada. La realidad es que en estos temas no hay amigos, hay intereses. Hay que dejar de subestimar a Donald Trump, pero quizá también de dirigir nuestros mensajes a él. No sirve de nada: los conflictos, los cuestionamientos, parecen empoderarlo, ser su gasolina. Urge que además hagamos una estrategia clara, nacional, sobre qué hacer frente a, sin duda, un nueva era de las relaciones entre los dos países que son interdependientes […]. Es un momento histórico de un reto enorme que sí, puede ser también una gran oportunidad. Pero debemos comenzar a organizarnos ya”.
Los mantras de Trump
En tanto, en el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, comenta que la ilusión sobre Donald Trump, no sólo se ha desvanecido para los mexicanos, sino también para los estadounidenses pues han comenzado a dudar de la capacidad del magnate como Presidente y comenta: “ayer despedí la emisión de Imagen Noticias con una nota publicada por ‘The Independent’: ‘La ‘madurez emocional y estabilidad’ de Donald Trump es discutida en privado por miembros de su propio partido’ […] En más detalle, este reporte habla de una reunión que miembros del Partido Republicano sostuvieron […], en la que uno de los temas fue la capacidad de gobernar de Trump y su estado de salud mental. […] para muchos, la actitud retadora del Presidente de EU es una estrategia para ejercer poder, él mismo lo escribió en ‘El arte de los negocios’ […]: ‘La buena publicidad es mejor que la mala. Pero desde una perspectiva de fondo, la mala publicidad a veces es mejor que ninguna publicidad en absoluto. […]’. […] digamos que en ello basó su campaña. Será por estas razones que cree que los resultados del voto popular son una mentira […] ya debería valerle sombrilla […]. Por eso era necesario que el gobierno mexicano no validara sus acciones […] muchos personajes le pidieron a Enrique Peña Nieto que no acudiera a Washington […]. Pero Trump nos despertó ayer de la misma manera en que lo ha hecho los últimos días, a punta de tuitazos. […] Entonces la esperada cancelación llegó […] finalmente México no se reunirá con el Presidente de Estados Unidos […]. ¿Y qué tal que Trump dijo en Filadelfia que la cancelación había sido por ‘mutuo acuerdo’ entre él y Peña Nieto? A Trump le vale […] que el mundo entero haya leído en Twitter que no fue así […]. Bravo que el gobierno mexicano no esté dispuesto a llegar sólo a la firma de una negociación que termine por avalar el delirante mundo ‘del POTUS’. Bravo que los partidos estén coincidiendo en lo necesaria que es la unidad. Y es que en ‘El toque de Midas’ […] Trump escribió: ‘Únete para ganar. Divide para conquistar’, ése es uno de sus mantras favoritos […] en México ocurrió lo impensable: AMLO pidió apoyo para EPN ante esta crisis diplomática, por una razón sencilla: es momento de demostrarle a Trump lo equivocado que está respecto al pueblo mexicano”.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/yuriria-sierra/2017/01/27/1142544
La diplomacia del ultimatum
Aunque al se plateaba una negociación, Trump dejó en evidencia que no pensaba negociar con el gobierno mexicano, por el contrario, le dio un ultimátum, así lo expresa en Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, quien escribe que “la relación de México con Estados Unidos ha tomado una súbita dimensión unilateral […]. Lo que parecía el inicio de una negociación […] se convirtió en el túnel de un ultimátum. Los negociadores mexicanos fueron recibidos la noche del martes en Washington con la sorpresa de que Trump había dado la orden de construir el muro […]. Ayer jueves 26, muy temprano […] Trump dijo en su tuit que si Peña no quería pagar el muro, quizá debía suspenderse la visita del martes. Ayer mismo, Peña Nieto anunció que en efecto cancelaba la visita. Una hora después el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, anunció que Estados Unidos pagaría la construcción del muro estableciendo un arancel unilateral de 20 por ciento a todas las importaciones venidas de México. Luego salió a decir que se refería en realidad a la puesta en práctica de la nueva arquitectura fiscal que se discute hace tiempo en el Congreso estadunidense bajo la conducción de Paul Ryan. Se trata de una ley […], que reduce los impuestos corporativos a empresas radicadas en Estados Unidos y los eleva para empresas que exportan a Estados Unidos. El resultado final es un impuesto de 20 por ciento a todas las importaciones. El Congreso, dominado por los republicanos, puede aprobar esa ley este mismo año. Por lo pronto, dijo Spicer, esa ley se aplicaría solo a México, hasta ahora el enemigo designado de Trump. La diplomacia del ultimátum tiene un vocero que cambia de ultimátum cada vez. Pero el espíritu y la práctica del ultimátum están ahí, con dedicatoria para el vecino que no quiere pagar el muro. La diplomacia del ultimátum amedrenta pero irrita también. Puede obtener victorias rápidas pero también sembrar y revivir en México las más oscuras vetas del nacionalismo antiestadunidense”.
Días difíciles
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “intelectuales y legisladores del PRD elaboraron el estudio ‘México ante el gobierno de Donald Trump’, en el que precisan los pasos idóneos frente al nuevo Presidente de EU. ‘El hecho de que Trump tenga un discurso hostil con respecto a México parece haber complicado la posibilidad de hacer una valoración más desagregada y precisa respecto a quiénes son los ganadores y los perdedores internos, en México, con su victoria (…) Lo cierto es que hay sectores para los que el ascenso de Trump puede contribuir a crear condiciones propicias para impulsar su agenda, sus ideas o intereses’, dice el documento difundido por el Senador Luis M. Barbosa. Ahora sí muy interesados en apagar el fuego. Y la piñata de Trump rota a palazos en las posadas, ¿ya se les olvidó?”
http://www.excelsior.com.mx/opinion/frentes-politicos/2017/01/27/1142530
¿PRImer PRImo, al Edomex?
Julio Hernández López también escribe hoy en La Jornada, el regreso de la familia mexiquense priísta al Edomex: “Mientras el país sufría la metralla de Trump, Peña Nieto se daba tiempo para recibir en Los Pinos a su primo Alfredo del Mazo Maza, quien pidió licencia a una curul federal para buscar la candidatura del PRI al gobierno del estado de México. Es una imposición de Peña, pues la corriente del actual gobernador, Eruviel Ávila, prefería otra carta. Y llevará, ese PRImer PRImo, el sello de Peña Nieto que, según se deduce de las encuestas de opinión que lo ponen por los suelos, contamina electoralmente todo lo que toca. Pero, bueno, si bien ante Trump no se aplica aquella frase de que La patria es primero; en la política mexiquense sí se mantiene otra: La familia es primero”.
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/27/opinion/008o1pol
Desafuero
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “el fiscal general de Veracruz, Jorge Winckler, tiene en la mira a los diputados federales de la entidad que en su momento ocuparon cargos clave en la administración del ex Gobernador Javier Duarte. La solicitud que Winckler presentó ayer a la Cámara de Diputados para desaforar al legislador priista Antonio Tarek Abdalá, por diversos delitos y el desvío de 23 mil millones de pesos, fue apenas el primer tiro de precisión; los siguientes en la lista serían Jorge Carvallo y Alberto Silva…”
@loscabareteros