Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del jueves 26 de enero de 2017. El Muro va. ¿Y ustedes qué harían? ¿Por qué en la víspera de que se iniciara la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Trump) anunció que construiría el muro de la ignominia y sería pagado por los mexicanos? ¿Qué podría decir (Trump) después del encuentro, aún si acordaron como en la visita a Los Pinos el año pasado, acotar las declaraciones, o mentir como lo ha hecho durante el arranque de su gobierno?
Rayuela
¡Qué pena!: el país se tiene que enterar de lo sucedido en las más importantes negociaciones en décadas por la televisión comercial.
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/26/
Trump y el muro: la versión oficial
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “la lectura en zonas del gobierno al caso Donald Trump es, por decirlo de una manera, interesante y distinta a la de otros actores políticos. Aseguran que el martes por la noche, cuando el Presidente de EU difundió un tuit, en el que anunciaba que el miércoles aprobaría la construcción del muro en la frontera con México, el canciller Luis Videgaray estaba volando hacia la capital estadounidense. Dicen que se hizo un fuerte reclamo que obligó a la contraparte a repensar el discurso. Y que la postura de Trump fue ‘matizada’, ante el extrañamiento mexicano. Argumentan que la incertidumbre está perjudicando a México y que si el Presidente Peña no avanza o si rompe el diálogo con don Donald, el tipo de cambio del peso frente al dólar se puede ir por las nubes y en automático la gasolina y otros productos se dispararían. Bajo esta lectura, ¿usted cree que el Presidente decidirá ir o no a Washington la próxima semana?… ¿Y ustedes qué harían?”.
Desafiemos a Trump
Raymundo Rivapalacio escribe hoy en Eje Central respecto al enorme desafío de Enrique Peña Nieto, como ningún otro en su mandato: “Llegó el momento de pensar fuera de la caja en cómo tratar al presidente Donald Trump, quien no tiene la menor intención de manejarse dentro de los parámetros que rigen la política, la diplomacia y las relaciones internacionales. Si bien no debería de ser sorprendente su actitud, sí llama la atención cómo una vez sentado en la Oficina Oval, su beligerancia y hostilidad se han acentuado, particularmente en el caso de México. ¿Por qué en la víspera de que se iniciara la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica anunció que construiría el muro de la ignominia y sería pagado por los mexicanos? (…) la coincidencia de recibir a la delegación mexicana con un golpe en el ojo no puede pasar desapercibida. Con un mensaje en Twitter, enrareció el oscuro cielo de la relación bilateral. Fue una provocación directa en la cual el presidente de Estados Unidos, quien violentó los métodos usados por sus predecesores para presionar a México sin detonar todos los puentes. (…) La forma como presionaban los gobiernos estadounidenses era sutil, y siempre buscaban en Washington salidas plausibles: ellos no eran los responsables de las filtraciones que, sin embargo, ponían muchas veces contra la pared a los mexicanos. (…) En esas condiciones, una reunión de Peña Nieto con él se convierte en una potencial trampa que puede ser terrible para el mexicano. ¿Qué podría decir Trump después del encuentro, aún si acordaron como en la visita a Los Pinos el año pasado, acotar las declaraciones, o mentir como lo ha hecho durante el arranque de su gobierno? Desde que anunció Trump la construcción del muro la noche del martes, Peña Nieto y Videgaray, comenzaron a evaluar si se cancelaba la visita a Washington el próximo martes y se analizaron efectos y consecuencias de esa cancelación. (…) El dilema que enfrenta Peña Nieto es cómo desarrollar la estrategia y vincular todos los intereses bilaterales en el marco de la seguridad colectiva, sin que parezca una amenaza que no esté dispuesta a respaldar con acciones. Peña Nieto está en una encrucijada: en México se le exige una defensa de los intereses mexicanos sin capital político para poder gastar, por lo que una actitud débil le será letal; en Estados Unidos, ante al beligerante Trump, que con un mensaje en las redes sociales puede destrozar a quien no esté preparado para enfrentarlo con rapidez y fuerza. Esto, en suma, es lo que tiene que hacer Peña Nieto. ¿Cómo? Tiene que ver sus fortalezas y las debilidades de Trump, pero de su decisión y resultados inmediatos probará si está hecho para el mayor desafío de su mandato”.
http://www.ejecentral.com.mx/estrictamente-desafiemos-a-trump/
El discurso que vino del norte
El historiador y catedrático del Colegio de México, Lorenzo Meyer, escribe hoy en Reforma sobre los dos mensajes clave de Trump antes de iniciar la renegociación del TLC: “El Muro va: la amistad puede ser un lazo de unión fuerte y sin que medie contrato. La amistad implica lealtad, solidaridad y altruismo. En la relación entre las naciones este concepto se usa mucho, pero en realidad carece de sustancia. Ahí lo que domina es el egoísmo nacional, según lo interpreten sus líderes. Hoy Estados Unidos está justo en el proceso de redefinir su interés nacional frente al mundo, en particular frente a México, y pareciera que se propone hacerlo de manera radical y sin importarle el daño que pueda causar a su vecino del sur, pese a haber usado innumerables veces en el pasado el concepto de amistad para caracterizar la relación con México. Debemos prepararnos, que no sorprendernos, al comprobar, una vez más, que entre las naciones lo único que opera es el juego del poder y que esta vez ese juego pudiera llegar a ser de suma cero: que lo que el país fuerte se propone ganar es lo que el débil puede perder. Hoy, la relación de México con su vecino del norte, e indirectamente con el resto del mundo, ha entrado en el terreno del realismo político puro, donde la supuesta interdependencia se quita el velo para quedar en dependencia. Por definición, en el juego de la política del poder, el débil entra teniendo las probabilidades en contra, aunque si la suerte le favorece, concentra su energía y actúa con decisión e inteligencia, cabe la posibilidad de que minimice el daño e incluso que logre algo positivo. En el caso que nos ocupa, México podría disminuir su enorme dependencia del vecino del norte y recuperar algo de su independencia… y dignidad. El discurso como amenaza: Algunos párrafos del discurso presidencial inaugural, pronunciado en Washington el 20 de enero de 2017, quizá se redactaron teniendo en mente a México, aunque esta vez y contra su costumbre, el nuevo mandatario norteamericano no usó a nuestro país como ejemplo de los obstáculos a remover en el camino hacia esa grandeza del suyo. Sin embargo, a buen entendedor pocas palabras. En la visita de Estado que hizo Vicente Fox a Estados Unidos en septiembre de 2001 cobijado por lo que se suponía era el «bono democrático» que acababa de ganar, el presidente George W. Bush declaró que México era el país más importante para Estados Unidos. A saber si Fox y los suyos se lo creyeron, pero de inmediato y a ojos de Washington, México pasó de ser importante a muy secundario como resultado del atentado del 11 de septiembre. Tres lustros y pico más tarde, y según la visión del actual mandatario en sus discursos de campaña y entre las líneas del discurso inaugural leído desde las escaleras del Capitolio, la Casa Blanca ha vuelto a considerar a México como un país importante, pero ahora por las malas razones. El Presidente recién estrenado reiteró que convocaba a un gran movimiento nacional, «histórico», como no se ha visto nunca en el mundo, para hacer a un lado a la clase política tradicional, poner a «los hombres y mujeres olvidados» de su país en el centro de un proceso que devolvería a Estados Unidos su grandeza y, también, determinaría el curso que seguiría el mundo en su conjunto.(…) En este gran proyecto nacionalista, Estados Unidos buscará el apoyo del resto del mundo, pero finalmente ejercerá el derecho de anteponer sus intereses por sobre los de cualquier otro país. Para llevar a cabo esta empresa de «América primero», el nuevo Presidente supone que contará con el apoyo de sus conciudadanos, pero también «con la protección de Dios». (…) Vivimos la apertura de un nuevo capítulo en la compleja historia México-Estados Unidos. Ojalá sepamos y podamos -debemos- convertirla en oportunidad”.
http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=105830
Quien bien te quiere, te hará sufrir
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “al parecer Donald Trump se tomó en serio eso de que ‘quien bien te quiere, te hará sufrir’, pues tras cada elogio le receta a México un trancazo. Y aunque ya hay voces importantes que piden cancelar la visita presidencial de la próxima semana, otros consideran que la operación de Luis Videgaray logró atemperar el discurso incendiario del magnate. La delegación mexicana se enteró en pleno vuelo que ayer se ordenaría construir el muro. Por lo mismo, al aterrizar en Washington, expresó su molestia. Videgaray advirtió a sus anfitriones que esperaría que el discurso del Presidente no fuera ofensivo con México. Esto, aseguran, habría movido a Trump a moderar el tono hacia México. ¿Resultado? La recuperación del peso ante el dólar en una sola tarde. Bajo esta lógica, dicen que sería contraproducente que Enrique Peña Nieto cancelara su visita a Washington, pues al tipo de cambio le va mejor con el diálogo que con los desplantes. Otros dicen que, en realidad, lo único que pidió Videgaray fue que Trump no dijera que México pagará el muro… y que eso salvó el encuentro de los mandatarios”.
http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=105832&po=3
El presidente en su laberinto
En El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: “el Presidente Enrique Peña Nieto, junto con el país, se encuentra en una encrucijada histórica y frente a una decisión crucial para el futuro inmediato de la República: ¿qué hacer frente a la hostilidad real que la nueva política exterior de Estados Unidos representa para los intereses de México y los mexicanos? […]. Y ante eso, en un acto de buena voluntad […] o de excesivo optimismo e ingenuidad […] el Presidente definió su estrategia de respuesta: la defensa de los intereses nacionales, la soberanía y los compatriotas, pero con un plan que no promueva ‘ni confrontación ni sumisión, sino diálogo y negociación’. Y en ese espíritu, Peña habló con Donald Trump para felicitarlo y aceptar una apurada invitación a la Casa Blanca el próximo 31 de enero y envió el miércoles a su influyente y cercanísimo canciller, Luis Videgaray, como avanzada para iniciar ‘negociaciones’ con el nuevo gobierno. Pero mientras acá viajábamos con ánimo dialoguista, el imprevisible señor Trump dio la orden […] de segregar y dividir a la frontera común con el inicio de la construcción del muro hostil y ofensivo, que hoy resulta que también nos beneficia a nosotros y además de pagárselo tenemos que agradecerle, además de iniciar su política migratoria de detención de mexicanos ‘peligrosos, narcotraficantes y criminales’. La pregunta que hoy se hace el país y que, según trascendía ayer, también evalúan en Los Pinos, es si ¿el Presidente Peña Nieto debe o no viajar a Washington el 31 de enero a reunirse con Trump tras sus ignominiosas decisiones que fueron bofetadas al ‘diálogo y la negociación’ del gobierno mexicano? El nivel de riesgo que representa esa visita, ante la muy alta probabilidad de que a Peña le espere una desagradable sorpresa y hasta una posible humillación en Washington, hace repensar la conveniencia de acudir a la invitación de tan imprevisible y sarcástico anfitrión”.
La declaración de Trump causó molestia y tensión
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “Donald Trump, Presidente de EU, horas antes de que una comitiva mexicana se reuniera con representantes de su gobierno, publicó un tuit enfatizando que la construcción del muro va. Cuando difundió el tuit, los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, lldefonso Guajardo, volaban rumbo a Washington. La declaración de Trump provocó molestia y tensión diplomática, lo cual obligó a matizar su declaración. La incertidumbre perjudica a México y a su economía, por ello es importante no especular, la situación no está fuera de control como algunos piensan. El gobierno mexicano actuará de forma responsable, como lo dejó ver el Presidente Peña Nieto en su mensaje de ayer. Dijo que no pagaremos el muro. La estabilidad del país no está en juego. No hay nada que temer”.
Trump-Peña. Cómo está viviendo el gobierno la crisis
En El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: “cuando aterrizaron el martes en la noche en Washington, los secretarios Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, y el jefe de la Oficina presidencial mexicana, Francisco Guzmán, recibieron una llamada urgente de Los Pinos. Ellos no sabían, pero Donald Trump acababa de poner un tuit anunciando que al día siguiente empezaría la construcción del muro y que sería un gran día para Estados Unidos. Vaya recibimiento. […]. Se comunicaron con el equipo de Trump para reclamarles y, según relatan fuentes del gobierno mexicano, los estadounidenses trataron de calmarlos pidiéndoles que no tomaran el tuit como una ‘bienvenida, que no era para ellos, que respondía a otras dinámicas, que comprendieran que van llegando, que todavía no están del todo coordinados. Los intercambios se tensaron mucho[…]. El mediodía de ayer […], Videgaray, Guajardo y Guzmán recibieron una oferta del equipo de Trump: que como desagravio y para mostrar su deseo de diálogo, el Presidente de Estados Unidos hiciera matices en su discurso de anuncio del arranque del muro […]. Negociaron cuatro: Uno, que no dijera que México iba a pagar por él. Dos, que dijera que el muro iba a defender a México de la migración centroamericana, diferenciándolos claramente. Tres, que incluyera que el muro protegería también a México de los pecados de Estados Unidos: el flujo de armas y dinero que va de norte a sur. Tres, que mencionara que a Estados Unidos le conviene una economía mexicana fuerte […]. En Washington, el equipo de enviados de alto nivel quedó tranquilo con el acuerdo. Más, cuando vieron que durante el anuncio de Trump el peso mexicano se fortaleció. Como que los mercados habían detectado los matices. Y reanudaron las pláticas. Sin embargo, en México en la opinión pública se desataba un incendio, como aquel cuando anunciaron que Trump vendría de visita durante su campaña. Por la tarde el Presidente Peña Nieto evaluaba cancelar su gira […]. El Presidente sí quiere ir, su gabinete quiere que vaya. Evalúan que si no va, rompe con Trump. Y si rompe con Trump, el dólar sube todavía más, no se digan la gasolina y los precios. Pero con una popularidad de 12 por ciento, no quieren aventarse el tiro contra el ánimo de la gente”.
Trump: la opresión
En Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: “el Presidente Peña Nieto cometerá el último error de su gobierno si no da un paso atrás en su idea de reunirse con el Presidente Trump la próxima semana […]. La agresividad del ‘arte de negociar’ del Presidente estadunidense, le ha traído a Peña Nieto algo de la solidaridad política que ha perdido a paletadas en los últimos meses. Políticos de todos los partidos, incluido Andrés Manuel López Obrador, le han tendido la mano en estos días. Han entendido bien que Trump no es un problema de Peña Nieto, sino de México. Nadie podrá reclamar a Peña Nieto que se niegue a ir a Washington en las condiciones de acoso y maltrato que le ofrece Trump. Su negativa será vista como un acto elemental de dignidad y también como una muestra de realismo político. No hay nada que negociar con quien solo ofrece amenazas y hechos cumplidos […]. Cualesquiera que hayan sido las conversaciones de los enviados mexicanos con el equipo de Trump, la grosera unilateralidad de éste alza una barrera insalvable a la idea misma de negociación […]. El Presidente Peña Nieto debe dejar abierto ese canal, pero retirarse personalmente del escenario, reservando su respuesta pensada y controlada a las decisiones unilaterales de su contraparte […]. La era del unilateralismo trumpiano ha empezado a caer sobre su vecino del sur. La sensación es opresiva. Trump puede estar obrando el milagro de unir a México. Peña Nieto puede cometer el error de desunirlo y terminar de volverlo en su contra”.
¡A la chingada con Trump!
En el Excélsior, el periodista especializado en temas parlamentarios, Francisco Garfías, escribe que: “Trump concretó la firma de dos órdenes ejecutivas. Una sobre la construcción del muro y la otra sobre las llamadas Ciudades Santuario que endurece las medidas migratorias. Lo hizo el mismo día que llegaron a Washington los secretarios de Relaciones Exteriores[…]. Los funcionarios mexicanos realizaron reuniones ‘de alto nivel’ con miembros del gabinete del mandatario estadunidense, pero con esas medidas les dieron con la puerta en las narices. ‘Trumpcalypsis now…’, como leí hace días en el diario francés Libération. El tamaño de la humillación obligó al Presidente mexicano a dar un mensaje en cadena nacional sobre las medidas del ‘jefe de la Casa de los Blancos’ […]. Está claro que pondera los pros y contras de la visita. No puede exponerse a otra ofensa a los mexicanos. ‘Con base en el reporte final de los funcionarios mexicanos que se encuentran en Washington y previa consulta con la representación de la Cámara de Senadores y la Conago habré de tomar las decisiones sobre los siguientes pasos a seguir’, dijo el primer mandatario. Peña Nieto, por cierto, no dio aviso a la Comisión Permanente de su viaje a Washington. Ayer fue su última sesión, antes del inicio del periodo extraordinario de sesiones en el Congreso el primero de febrero”.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-garfias/2017/01/26/1142280
Los Migrantes, en el centro
En El Universal, su Editorial, asegura que: “la fuerza laboral de mexicanos en Estados Unidos no es menor […]. Desafortunadamente, buena parte de la clase política del país vecino […] no está consciente de ello o no quiere estarlo. Son millones de mexicanos los que han hecho su vida de manera completa en suelo estadounidense y se encuentran integrados totalmente a su economía, como trabajadores y como consumidores, e incluso como contribuyentes. A pesar de ello, el Presidente estadounidense Donald Trump firmó ayer órdenes ejecutivas para construir un muro en la frontera con México, contratar 5 mil agentes fronterizos adicionales y crear más centros de detención para migrantes, así como incrementar las deportaciones. Además firmó una orden ejecutiva para retirar fondos federales a las ciudades santuarios […]. Son medidas de fuerza que no se entienden si no van acompañadas de una reforma migratoria para legalizar a quienes han sido asimilados por la nación estadounidense. No deben verse más escenas de familias separadas: niños que nacieron en Estados Unidos […], pero sus padres no adquirieron la ciudadanía y son deportados. Si casos como esos se dieron durante la administración de Barack Obama, el futuro para los connacionales no es halagador en el actual gobierno. El Presidente Enrique Peña Nieto anunció como medida principal ante las decisiones de la Casa Blanca, convertir en ‘auténticas defensorías’ de los derechos de los migrantes los 50 consulados mexicanos en territorio estadounidense. Poner en el centro a connacionales es lo correcto. En este punto, México puede encontrar valiosos aliados en las autoridades locales de EU […].Son muchas más las razones por las que México y Estados Unidos deben tender puentes en lugar de levantar muros. La prosperidad y seguridad regionales se logran con diálogos y no con monólogos. Debe buscarse el entendimiento, sí, aunque sin aferrarse a mantener una relación que a la larga, en esta coyuntura, puede ser perjudicial”.
Muro humano
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “Armando Ríos Piter, también promotor de la Operación Monarca, grupo de apoyo para migrantes, dijo que el 4 de febrero desde la frontera en Ciudad Juárez políticos, empresarios y representantes de la sociedad deberán tomarse de las manos con migrantes para crear un muro y así demostrar la unidad que existe ante las amenazas del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Mencionó que sería importante que el acto fuera encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto y lo acompañaran políticos como el ex Presidente Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador”.
@loscabareteros