Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del martes 15 de agosto de 2017. Pemex-Odebrecht: golpe a tecnocracia futurista. Lozoya: “Duermo muy tranquilo”… Los enemigos de Lozoya: ¿De plano se siente intocable o se sabe protegido? Odebrecht y los brasileños tienen la sartén por el mango y hacen que la decisión de la PGR se vuelva, para el gobierno de Enrique Peña Nieto, insostenible.
Rayuela
Con su amenaza militar, Donald Trump le dio un gracioso balón de oxígeno a su archirrival Nicolás Maduro.
http://www.jornada.unam.mx/2017/08/15/
Golpe a tecnocracia futurista
Julio Hernández López, por su parte, sugiere una estrategia de ataque por el caso Odebrecht, contra la tecnocracia de Peña Nieto y compañía: “véase cómo tampoco se ha preocupado, hasta ahora, el amigo Emilio Lozoya Austin, puesto bajo los reflectores de escándalo por las revelaciones brasileñas respecto de sobornos que la empresa Odebrecht le habría entregado al entonces director de Pemex. La desvergüenza institucionalizada, que se funda en la convicción de la impunidad garantizada, ha llegado en mal momento al equipo político que, luego de una asamblea nacional priísta (también sabatina) radicada en otro México, se alista para designar a un candidato a la continuidad en Los Pinos. Emilio Lozoya está dando ejemplo, pues no es el único, ni el peor, de los modelos administrativos que han sido dominantes a lo largo del peñismo. Salió del cargo por conflictos con el siempre poderoso Luis Videgaray, pero no necesariamente porque los actos de corrupción hubiesen escandalizado a alguien y se hubiera emprendido alguna acción judicial en su contra. De hecho, a estas alturas (la impudicia como marca), el gobierno de amigos se ha negado a iniciar algún tipo de acciones que le muestren preocupado por los hechos atribuidos a Lozoya, aun cuando pareciera inevitable que algo se haga, como sucedió en el caso del otro amigo, Duarte de Ochoa. En todo caso, el propio Lozoya ha dado un primer paso, al anunciar que emprenderá acciones legales contra quienes le atribuyen actos de corrupción. La exhibición del expediente de Lozoya golpea en estos momentos a la franja dominante en el peñismo, la de los tecnócratas encabezados por Videgaray, en la que militan José Antonio Meade Kuribreña y Aurelio Nuño, las dos cartas más beneficiadas por la ruptura de candados estatutarios en la reciente asamblea priísta. No es que Videgaray, Meade o Nuño hubieran participado de las maniobras que se atribuyen a Lozoya, pero el estilo y la conducta de éste corresponden al patrón general que se ha preferido durante el periodo de preeminencia de la tecnocracia, consolidado durante la presidencia de Miguel de la Madrid y subsistente hasta ahora, cruzando sin problemas la docena trágica del panismo en Los Pinos”.
http://www.jornada.unam.mx/2017/08/15/opinion/010o1pol
“Duermo muy tranquilo”
Raymundo Rivapalacio escribe en El Financiero sobre la actitud de Lozoya frente a las acusaciones de sobornos de Odebrecht: “Emilio Lozoya Austin realizaba un viaje en avión este domingo cuando el periódico brasileño O Globo difundió el testimonio de un exejecutivo de Odebrecht en México, quien aseguró que la empresa brasileña le había pagado millones de dólares a cambio de que les ayudara a obtener el contrato para hacer adecuaciones en la refinería de Tula, Hidalgo. Aterrizó pasado el mediodía en una escala rumbo a la Ciudad de México, y consultó con sus abogados cómo respondería. Cerca de las siete de la noche, a través de Twitter, negó todas las imputaciones y sugirió la existencia de testimonios amañados por parte de “delincuentes confesos”, con el propósito de reducir sus condenas. Sin mencionarlo directamente, se refería al exdirector de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses Weyll, en cuya declaración en la Fiscalía brasileña en diciembre, fincó O Globo su revelación. En su comparecencia, Meneses Weyll dijo que Lozoya Austin recibió, entre 2012 y 2014, 10 millones de dólares para favorecer a Odebrecht con obra pública. El reportero de O Globo que obtuvo el testimonio inculpatorio, señaló que ahora depende de la PGR determinar si ese dinero tocó a otros miembros del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Las primeras declaraciones de deslinde son actos de fe: no hubo dinero de Odebrecht en la campaña presidencial, que hizo poco para disipar la tolvanera en el imaginario colectivo, que conectó el pago de cuatro millones de dólares a Lozoya Austin en 2012, con la búsqueda de Peña Nieto de la silla de Los Pinos. El escándalo de la semana, estalló. (…) Lozoya, aunque sin hacerlo personalmente, no ha dejado de desmentir cada vez que aparece información sobre él, particularmente en la prensa brasileña, que es retomada por la mexicana y de otras naciones. No ha señalado cuál es la estrategia legal que está siguiendo su equipo de abogados, encabezado por Javier Coello Trejo, a quien en algún momento se llamó ‘el fiscal de hierro’ por su rudeza. “Los abogados harán lo que se requiera”, dijo Lozoya a la pregunta directa si iban a defender su caso en Brasil. “Pero lo que sí es un hecho es que duermo muy tranquilo, aunque molesto por los infundios”. Aunque de bajo perfil, Lozoya no ha dejado de estar activo en México. La PGR no lo ha requerido, cuando menos todavía. Varios de los funcionarios que trabajaron con él o que actualmente laboran en Pemex han sido llamados a declarar. Uno de ellos, aparentemente contra quien más duro fue el Ministerio Público federal, es Leonardo Cornejo Serrano, subdirector de Proyectos Industriales, y quien atestiguó la asignación directa a Odebrecht en la refinería de Tula el 16 de noviembre de 2015, y por la cual Meneses Wyell dijo que la empresa le había pagado cuatro millones de dólares a Lozoya Austin. Esa obra fue firmada por el director corporativo interino de Procura y Abastecimiento de Pemex, Gustavo Escobar, y el gerente administrativo de Odebrecht, Marcelo da Fonseca. Además de Cornejo Serrano, atestiguaron la firma Meneses Wyell, Miguel Tame, el director de Producción de Transformación Integral –que renunció junto con Lozoya Austin– y Alejandro Martínez Sibaja, que era director de Pemex Transformación Industrial, a quien el nuevo director de Pemex, José Antonio González Anaya, adelantó su jubilación. (…) En todo este tiempo, Lozoya ha señalado que las imputaciones no tienen bases sólidas, sugiriendo que hay personas –que no identifica– que están empeñadas en hacerle daño. Lozoya le apuesta a la ley y ha asegurado que el día que la PGR lo llame a declarar, acudirá sin dudarlo. “No tendría inconveniente –dijo previamente–, por obvias razones”. ¿Cuáles? Lo asegura: es inocente”.
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/duermo-muy-tranquilo.html
Los enemigos de Lozoya
En días pasados tres altos directivos de Odebrecht, señalaron a Emilio Lozoya Austin, como el funcionario al cual la empresa brasileña le pagó “propinas” a cambio de obtener licitaciones en nuestro país. Además se ha especulado que el dinero depositado pudo haber servido como financiamiento a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, en marzo de 2012. Sobre el tema en El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que “sin dar la cara públicamente y a través mensajes en su cuenta de Twitter, Emilio Lozoya Austin, lanzó ayer sendas amenazas de demandas ‘a quien corresponda, por daño moral y otros’, a quienes lo han acusado de haber recibido 10 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht […]. ¿De plano se siente intocable o se sabe protegido el señor Lozoya Austin? Porque su actitud retadora, amenazante desde su escondite y escudado en sus influyentes abogados como Javier Coello Trejo, parece la de alguien que, si bien tiene derecho a defenderse y los medios para hacerlo, tampoco aporta pruebas de su inocencia ni se presenta ante la sociedad y menos ante las autoridades, que extrañamente tampoco lo investigan […]. Emilio hizo demasiados enemigos en su paso por Pemex […]. Hoy Lozoya no sólo tiene que responder por la corrupción de Odebrecht, sino por una serie de decisiones equivocadas y actos de ilegalidad que dejaron a la petrolera nacional en bancarrota […]. El propio Lozoya, en comentarios hechos a cercanos suyos, afirma que él no recibió dinero de Odebrecht, pero apuntaba a que esos recursos llegaron a través de una ‘operadora financiera de un Gobernador’ y mencionaba en concreto el nombre de Nuvia Mayorga, ex Secretaria de Finanzas de Hidalgo y actual titular de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas. Ayer Nuvia hizo contacto para negar rotundamente las afirmaciones del ex director de Pemex. ‘Yo nunca manejé ni recibí ningún dinero en la campaña […]. No tengo nada que ver en este asunto (de Odebrecht) y hay quien utiliza cobardemente mi nombre para defenderse o eludir responsabilidades’, dijo la ex Diputada federal del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Así que, por más protegido que se sienta Lozoya Austin y por más que ahora él hable de “impunidad” y amenace con demandas, sus enemigos son muchos y están dispuestos a cazarlo”.
http://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/los-enemigos-de-lozoya
PRI a estrenar su flamante Comisión de Ética
Las acusaciones de ex directivos de Odebrecht hacia Emilio Lozoya podrían hacer temblar al PRI, pues en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “cuando parecía que el gobierno federal lograba asomar la cabeza del socavón, ¡que le cae encima Emilio Lozoya! Si realmente no quiere parecer que encubre al ex Director de Pemex, la administración de Enrique Peña Nieto necesita moverse rápido. La cosa está en saber si realmente en Los Pinos están interesados en que Lozoya responda ante las graves imputaciones directísimas de que recibió 10 millones de dólares en sobornos, una parte durante la campaña de 2012. Por lo pronto es muy posible que el PRI estrene con Emilio Lozoya su flamante Comisión de Ética, aunque no se sabe si como imputado… ¡o como presidente!”.
http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=118193
Odebrecht, toca la puerta de Los Pinos
El presunto financiamiento de la campaña presidencial de 2012 por parte de Odebrecht, representa un peligro grave para Lozoya, pero también una oportunidad, debido a que involucra al actual jefe del ejecutivo, Así lo manifiesta en El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, quien escribe que “el mismo día llegaron para Emilio Lozoya una bala y un blindaje. Y las dos cosas partieron de la misma noticia: se empezó a conocer lo que confesaron ante tribunales los altos directivos de la empresa brasileña Odebrecht […]. Según la acusación, Lozoya habría recibido cuatro millones de dólares, cuando era uno de los capitanes de la campaña presidencial priísta de Enrique Peña Nieto, y el resto, cuando ya encabezaba Petróleos Mexicanos […]. Estas revelaciones constituyen para Emilio Lozoya una bala y un blindaje. Una bala que le pega. Él emitió un comunicado, rechazando que sean ciertas las afirmaciones de los ejecutivos de la constructora brasileña. Descalificó a sus acusadores, diciendo que son delincuentes confesos que dicen lo que sea con tal de conseguir que les rebajen la pena. Quizá no baste. Quizá tenga que dar la cara frente a una opinión pública expuesta a cada vez más investigaciones, más dudas, más señalamientos en su contra que han dañado su imagen pública y pueden meterlo en subsecuentes problemas en sus empresas privadas. Pero también son un blindaje. Un blindaje legal y político. El darse a conocer que 4 de los 10 millones de dólares habrían sido transferidos por Odebrecht a una cuenta bancaria off shore en las Islas Vírgenes Británicas […], presuntamente vinculada con Lozoya, durante los tiempos de la campaña presidencial de 2012, escala peldaños del cuestionamiento sobre los alcances del brazo corruptor del consorcio brasileño: Lozoya deja de ser la pieza más importante del rompecabezas. La gran pregunta es si ese supuesto pago llegó a la campaña de Enrique Peña Nieto, si el Presidente de México está a punto de meterse en la misma bronca en la que ya se metieron otros mandatarios latinoamericanos a cuyas campañas políticas aportó Odebrecht por debajo del agua. Si algo turbio pasó ahí, Lozoya lo sabe. Y ese sería su blindaje: el del hombre que sabe demasiado”.
Lozoya y la decisión de Raúl Cervantes
Luego de que el escándalo de la empresa brasileña se diera a conocer, los directivos implicados buscan en cada país involucrado llegar a acuerdos con las fiscalías con la finalidad de buscar penas menores. Sobre el tema en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “tras las declaraciones los funcionarios de Odebrecht […] la Procuraduría General de la República (PGR) dijo que han tenido la oferta de saber eso y más. ‘Representantes de las empresas brasileñas ofrecieron un acuerdo reparatorio, mismo que no fue aceptado y que bajo ningún supuesto inhibirá el sancionar administrativa y penalmente a los ex funcionarios y/o funcionarios públicos involucrados’. Desde que destapó el escándalo Odebrecht, la táctica de la empresa en varios países es llegar a acuerdos con las fiscalías: yo te cuento cómo corrompí a tus funcionarios o di dinero a campañas y te lo devuelvo a cambio de penas menores para la empresa y sus directores y en algunas ocasiones hasta inmunidad total. La PGR se ha negado a tal acuerdo. La lógica de Cervantes es que eso podría resultar en un incentivo para muchas empresas ahora y en el futuro: soborno a funcionarios, obtengo beneficios, unos años después lo cuento y a mí no me pasa nada. En febrero, la fiscalía brasileña firmó con la PGR y otros países un acuerdo para cooperar y compartir información. El problema es que la misma fiscalía brasileña ya estaba atada por el convenio que ellos mismos habían firmado con Odebrecht e incluye, por ejemplo, que si un nacional brasileño ya ha sido sancionado en Brasil, no pueda volver a ser sancionado por otro país con base en la misma información. La complejidad de las operaciones de soborno, la utilización de paraísos fiscales, más los convenios que ha conseguido Odebrecht en sus acuerdos con diferentes países ponen a la PGR en una situación complicadísima si quieren armar ellos solos un caso. Puede ser que, en principio, Cervantes esté en lo correcto. Pero, como leímos domingo y lunes, Odebrecht y los brasileños tienen la sartén por el mango y hacen que la decisión de la PGR se vuelva, para el gobierno de Enrique Peña Nieto, insostenible. Como insostenible es que, si quieren arreglar el lío solos y sin acuerdos reparatorios, en la PGR nadie haya llamado a Lozoya para preguntarle algo”.
Odebrecht: había pa’todos (bis)
En México, los involucrados en el caso Odebrecht parecen tener una actitud evasiva ante las acusaciones en su contra, así lo expresa en el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, quien menciona que: “nadie sabe dónde está. A Emilio Lozoya le bastó con un tuit y con darle toda autoridad a su abogado, Javier Coello Trejo, para que sea él quien dé la cara por él, limpie su nombre y demande a quien lo difame. Pensará que no es asunto grave […]. México era uno de los pocos países mencionados en el escándalo de Odebrecht, al que le faltaban nombres. Y aunque lo revelado es negado por el referido en las declaraciones de quien habría hecho los tratos con él, vale la pena recordar que esta empresa brasileña se encuentra desde hace unos meses envuelta en el mayor escándalo global por corrupción. Y cómo no iba a estarlo si se supo que ha pagado millones de dólares en sobornos en varios países, con tal de hacerse de licitaciones que le permitan operar en naciones en las que se sabe hicieron tratos por debajo de la mesa […]. Esta red de corrupción es grande y se ha revelado tanto de ella que, por la dimensiones del caso, poco margen de error podríamos encontrar en lo que declaran los involucrados. Con el escándalo encima, poco pueden perder soltando nombres. Lo curioso es el silencio que invade a quienes tendrían que ser lo primeros en pedir una explicación y a reprobar el hecho, sea o no cierto. Estamos a semanas de que inicie el año electoral. Si el PRI quiere ser competitivo, debe comenzar a apagar los fuegos que están por estallarle. Si el caso de Javier Duarte los movilizó para un control de daños, este asunto, que involucra a un exintegrante del gabinete, los debería obligar a reaccionar de la misma manera. A menos que sigan creyendo que las noticias desde Brasil o cualquier otro lugar del mundo no llegarán a tierras aztecas […]. O en el México de 2017, en el que ‘reservar’ un caso parecería bastar para evitar que la bola de nieve les caiga encima… hasta que se vuelve avalancha.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/yuriria-sierra/2017/08/15/1181678
Contra las redes de corrupción
También en El Universal, su Editorial, asegura que: “ahora resulta que a quien le urge ser llamado a declarar por la Procuraduría General de la República para hablar del presunto soborno de 10 millones de dólares que ex funcionarios de la empresa Odebrecht aseguran haberle entregado, es el propio ex Director de Pemex, Emilio Lozoya Austin. El abogado de don Emilio, Javier Coello Trejo, asegura que su cliente está esperando el día y la hora para acudir a la PGR, y que él mismo ha solicitado desde hace días el citatorio para declarar lo que sea necesario. Mientras Lozoya es un mar de cooperación, la PGR no da indicios de que esté investigando o de que vaya a citarlo a declarar y la Secretaría de la Función Pública tampoco tiene por ahora nada contra don Emilio. Nos preguntan a qué se deberá que en Brasil hay un señalamiento contra el ex funcionario y en México nadie quiere siquiera preguntarle si sabe del tema. ¿Temerán a sus respuestas?”.
http://www.eluniversal.com.mx/articulo/editorial-el-universal/nacion/contra-las-redes-de-corrupcion
Legisladores que dan vergüenza
En tanto, en Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: “es comprensible que el nuevo sistema penal acusatorio, basado en la presunción de inocencia, sea difícil de entender y aplicar, inclusive para muchos jueces, fiscales y defensores. Lo inexplicable es que algunos diputados y senadores, en cuyo ámbito se creó el Código Nacional de Procedimientos Penales, promuevan medidas que atropellan los derechos humanos fundamentales. En Reforma de ayer, por ejemplo, el Senador Fernando Herrera, coordinador de la bancada del PAN, pidió ‘castigar en México’ a Emilio Lozoya, señalado en el extranjero de recibir un soborno de diez millones de dólares de Odebrecht, y el Diputado morenista Vidal Llerenas opinó que el ex director de Pemex debiera ser detenido y estar ya declarando ante la PGR. Otro Senador del Partido Acción Nacional (PAN)[…], Francisco Búrquez, sugirió en el mismo diario: ‘Hay elementos para que el Presidente le ordene a su procurador (¿ignora que fue ratificado por el Senado?), que le obedece, que investigue abiertamente. Debería estar en la cárcel…’. Ávidos de linchamientos, la legalidad es lo de menos para estos legisladores de pacotilla”.
Red de corrupción
Los recientes casos de ex gobernadores acusados de desvío de recursos e irregularidades en el erario, dejan de manifiesto que este tipo de delitos no son obra sólo de una persona, sino de una red de individuos que facilitan el camino para la comisión de estos ilícitos. Al respecto en El Universal, su Editorial, asegura que en estas redes, “no solo existe una cabeza visible a la que usualmente se señala y castiga ante un escándalo de corrupción, sino un complejo entramado de cómplices que facilitan estas prácticas al interior de una organización gubernamental. En los hechos de corrupción que se han conocido en el país en los últimos meses, y que tienen que ver con las gestiones de distintos ex gobernadores, las autoridades procedieron contra los perfiles de mayor visibilidad. No obstante, para llevarse a cabo la corrupción, para ejecutar desvíos e irregularidades del erario, siempre es necesaria la participación de funcionarios de segunda línea contra los que generalmente no se actúa […]. En los delitos por los que está acusado Roberto Borge, ex Gobernador de Quintana Roo, hay por lo menos 17 ex funcionarios involucrados. Como Javier Duarte, en Veracruz, o Guillermo Padrés, en Sonora, por poner solo unos ejemplos, Borge no actuó solo cuando dañó al erario y al patrimonio del estado que gobernó. Actuar penalmente contra los ex mandatarios que defraudaron a sus estados es solo el primer paso para acotar la corrupción que impusieron como estilo de gobierno. Enseguida, es necesario deshacer la madeja de funcionarios que cooperaron para que los delitos se llevaran a cabo […]. Está claro que ni los Duarte, Padrés o Borge actuaron por su cuenta. Un gran desvío o fraude no los hace solo una persona […]. Acabar con las redes de corrupción implica comprender que el fenómeno va más allá de encarcelar a un político de alto nivel […]. El combate a la corrupción en el ejercicio de responsabilidades públicas no es solo perseguir los delitos de quien dirige un gobierno, sino el comportamiento ilegal de la estructura que le auxilia. Desde esa lógica se neutraliza la corrupción”.
http://www.eluniversal.com.mx/articulo/editorial-el-universal/nacion/contra-las-redes-de-corrupcion
Va en serio.
La cercanía de las elecciones de 2018 ha hecho que el tema de un Frente Amplio Democrático sea mirado con un poco más de seridad, así lo asegura en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, donde se menciona que: “no son especulaciones de los medios de comunicación que la gestación de un Frente Amplio Democrático ha sido difícil. A días de que el PRD apruebe o no ir con el PAN en una coalición para 2018, Leonel Godoy, ex Presidente nacional del sol azteca, amagó con renunciar si se avala una alianza con la derecha. Considera que es contrario a los principios del cardenismo, con los que surgió el PRD. ‘Si se aprueba el Frente Amplio, por lo menos, yo renunciaré al PRD, porque me parece que es una fachada para ir con el PAN. Estamos a tiempo para que el acuerdo tenga otro sentido’, afirmó. Grupos de izquierda, dijo, no se ven sino entre partidos de izquierda, en específico, con Morena. Guadalupe Acosta Naranjo, también ex Presidente del PRD, cree, en cambio, que solos no podrán. El partido está más que frágil”.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/frentes-politicos/2017/08/15/1181677
@loscabareteros