Apesta a año electoral

Por: Arnoldo Delgadillo Grajeda

Cada vez está más cerca el 2018, y con él llegará también el tiempo de elegir al nuevo presidente de México, quién sustituirá a Enrique Peña Nieto, uno de los mandatarios más cuestionados, pero indudablemente, uno de los más transformadores; el país de ahora es muy distinto al de 2012, y en unos años veremos en todo su esplendor los resultados de reformas como la energética y de telecomunicaciones.

Andrés Manuel López Obrador, si en este momento fueran las elecciones, saldría victorioso, pues ha sabido mantener su presencia viva por ya casi 12 años, ha recorrido todos los municipios del país, como ningún otro, pero sobre todo, ha sabido capitalizar el descontento social con un discurso, que si bien tiene tintes populistas, es música para los oídos de los mexicanos cansados de la corrupción y la ineficiencia de los PRIANistas.

En Acción Nacional, aunque considero que Ricardo Anaya es su mejor cuadro, seguramente  Margarita Zavala será la candidata, por el poder que ha logrado ejercer el ex presidente Felipe Calderón al interior del partido, y porque reúne algunas de las características necesarias para hacer frente al torbellino imparable que es AMLO: es mujer, tiene el apoyo de un buen número de empresarios, y logra la identificación de un amplio sector conservador de la sociedad mexicana.

En el camino a la victoria, López Obrador tiene muchos retos que superar: su salud, en el ámbito personal, debe mostrarse saludable y con vitalidad; debe ser cuidadoso en las alianzas que haga, sobre todo ahora que un sector perredista se ha sumado de lleno a apoyarlo; deberá mostrar una imagen que agrade al pueblo, pero sin llegar mostrarse extremista, pues en las conciencias de los mexicanos se mantiene la idea de que «es un peligro para México»; y deberá lograr estructuras fuertes y cobertura nacional con Morena.

En el PRI, pocos son los que podrían salvarlo de la peor derrota de su historia, pues ni las televisoras -debilitadas por las nuevas formas de consumo de contenidos audiovisuales- podrán «hacerle el milagrito». Lo mejor que puede hacer el tricolor es apostar por un cuadro «neutral» como José Antonio Meade, hombre inteligente, honesto, con carrera limpia, conocimiento del país , y de las reformas de Peña, quien además ha ocupado cargos en gobiernos pianistas y priiistas. Quién sabe si esta estrategia sea suficiente para un PRI que ha cavado su propia tumba.

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