Apaciguar a la bestia…

Desde la redacción de @loscabareteros ponemos a su consideración la “Columna de columnas nacional” del martes 11 de junio 2019. Apaciguar a la bestia… Se ganó tiempo, pero hay que analizar las opciones que realmente tenemos: jurídicas, políticas, económica… y jugárlas. El problema que tenemos es que no sabemos cuáles son esas metas, y lo mismo se las inventa hoy que mañana; pero la incertidumbre es otra de sus cartas y la juega con diabólica habilidad.

 

Rayuela

“Finalmente decidieron cortar por lo sano los atracos que a diario perpetran no pocas gasolineras. Que sea pronto”.

 

Apaciguar a la bestia

Soledad Loaeza, Nexos: “El presidente López Obrador ha optado por una política de apaciguamiento con el presidente Donald Trump. Nada parece más desafortunado. La historia enseña que ésta es una estrategia que conduce derecho a la derrota cuando se trata de enfrentar a políticos agresivos, decididos a hacer valer sus intereses y su superioridad incluso pisoteando leyes y acuerdos previos. Los “acuerdos” que se firmaron el pasado 6 de junio entre México y Estados Unidos son una amarga demostración del fracaso de la diplomacia mexicana y del presidente López Obrador. (…) El apaciguamiento. Appeasement en inglés tiene mala reputación. Se asocia de inmediato con la timidez y con la pérdida de la dignidad de Gran Bretaña y Francia frente a la Alemania nazi, que condujo a la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que su objetivo era, precisamente, evitar una nueva guerra. En nada se parece la relación entre México y Estados Unidos en 2019 a la situación europea en 1938; sin embargo, las semejanzas saltan a la vista: los desplantes y la insolencia del fuerte; así como la cortedad y el desconcierto del débil, y al final, su triste derrota. (…) Estamos a merced de los estados de ánimo de Trump. Ya nos hizo saber que si en 45 días no cumplimos con las metas que él ha fijado volverá a considerar la introducción de aranceles. El problema que tenemos es que no sabemos cuáles son esas metas, y lo mismo se las inventa hoy que mañana; pero la incertidumbre es otra de sus cartas y la juega con diabólica habilidad. Apaciguar a la bestia es agotador y probablemente inútil. ¿Y si cambiáramos de estrategia, no nos iría mejor?”.

 

Cuenta regresiva al 25 de julio

Enrique Quintana, El Financiero: “Si se cumplen con precisión los plazos establecidos, el jueves 25 de julio habrá una reunión entre un equipo encabezado por el Canciller Marcelo Ebrard del lado mexicano y otro del gobierno de EU, probablemente con el secretario de Estado Mike Pompeo al frente. El propósito va a ser la realización de una primera evaluación de los resultados de la estrategia acordada por México y EU para reducir la migración ilegal con objeto de determinar si las medidas tomadas están dando resultados. De acuerdo con el texto suscrito por los dos gobiernos, el plazo es de 90 días antes de considerar nuevamente los aranceles, pero si en esos primeros 45 días no se ve un cambio de tendencia, tendrán que empezar a discutirse medidas adicionales que incluirían probablemente el establecimiento del llamado ‘tercer país seguro’ o del ‘primer país de asilo’, que implicaría cambios legales y por lo tanto tendría que pasar por el Congreso, un tema al que ayer volvieron a referirse Trump en sus tuits y el vicepresidente Pence en una entrevista. (…) A partir del día de ayer, el gobierno estableció una coordinación con cinco áreas para tratar de obtener resultados en el plazo establecido, además de hacerle frente a quienes sean regresados desde Estados Unidos mientras se resuelve su petición de asilo. Las áreas verán los siguientes temas: Guardia Nacional; Atención a migrantes; Respaldo a quienes regresen de EU; Relación con Centroamérica; Empleo, educación y salud, de la zona sur. (…) En pocas palabras, lo que se requiere es que, en mes y medio se dejen entrar menos personas provenientes de Centroamérica a México reforzando la vigilancia y de facto ‘construyendo’ una frontera sur, que no existe. Si ya ingresaron, lo que se buscará es que, si están en ruta a la frontera norte a través de ‘polleros’, eventualmente sean detenidos. Si están en caravanas organizadas por ONG, que se queden en México. (…) No será sencillo lidiar con un presidente Trump en busca de la reelección y que va a golpear a México si lo considera adecuado para sus objetivos. Eso redefine la escena política interna y externa. Más vale que la siguiente ocasión nos tome preparados”.

 

México, escalón electoral

Julio Hernández López: La Jornada: “El lunes 10 de junio no llegó la crisis tan auguralmente mentada. Las variables económicas mostraron tranquilidad y, en algunos casos, ganancias para el país que tres días atrás parecía estar encaminado a pasar momentos muy difíciles. Puesto a elegir entre dos opciones altamente negativas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hubo de escoger lo menos peor. De no haber aceptado las imposiciones trumpistas en materia migratoria, el lopezobradorismo habría arribado al lunes de la verdad en muy malas condiciones, con un arancel estadunidense sobre productos mexicanos que dañaría a la economía del vecino país pero, sobre todo a la de México, colocada está en situación de crónica terapia intensiva como acumulación de las políticas económicas de los gobiernos anteriores que saquearon la riqueza nacional, impidieron el desarrollo de industria y agricultura que nos dieran capacidad de resistencia ante embates externos y convirtieron al Estado en una maquinaria adversa a los intereses mayoritarios del país. El muy amargo trago referente a la imposición migratoria trumpista ha sido manejado con vocación edulcorante por el Presidente de México y sus principales operadores políticos, con excepción de quien ahora ha quedado irónica y provisionalmente colocado más a la izquierda que sus compañeros de élite: Porfirio Muñoz Ledo, el camaleónico político que considera “gravísimo que el país selle sus fronteras, en contra de los tratados internacionales», lo cual sería imposible y contrario al derecho humano a la migración. El propio sábado del mitin tijuanense, ante el presidente López Obrador, el multipartidista Muñoz Ledo planteó: Lo que es inmoral es el doble rasero de ambas fronteras, en la frontera norte pedimos que nos abran la puerta y en la frontera sur se nos pide cerrarla para hacerles un oscuro favor a los Estados Unidos. Sin embargo, el Presidente de México logró algo de lo poco alcanzable: tiempo. Poco tiempo, es cierto, y sujeto a una revisión que coloca a México en condición de castigable párvulo ante el sádico profesor Trump. Pero, a fin de cuentas, la bomba no explotó este 10 de junio, aunque el propio evaluador norteño comenzó de inmediato a carcomer la base discursiva de aterrizaje político que el lopezobradorismo ha tratado de consolidar. (…) La facilidad con que Trump logró doblegar a México en materia migratoria, a partir del manejo fullero de la carta de difícil aplicación real de los aranceles, y la inmediata continuación de sus tácticas ventajosas, confirman el talón de Aquiles de la economía y la política mexicanas, talón que nunca era exhibido o golpeado en anteriores gobiernos priístas o panistas porque su entreguismo a Estados Unidos lo hacía innecesario, pero que ahora es resaltado ante los intentos de cambio que plantea López Obrador: Washington puede condicionar y someter los proyectos populares de cambio con la simple amenaza de mover resortes económicos determinados. Una verdad sabida, pero nunca tan drásticamente confirmada como ahora”.

 

El regreso inevitable del neoliberalismo

Jorge Fernández Menéndez, Excélsior: “El gobierno federal necesita dinero para cumplir con sus programas y como no fluye la inversión privada, esos recursos deben venir, inevitablemente, de aumentar impuestos. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en los tres primeros años de su gobierno no aumentaría los impuestos, pero la realidad le está demostrando que, pese a la austeridad, incluyendo los 200 mil trabajadores que fueron despedidos y los recortes a todos los presupuestos federales, no le alcanza para sus programas sociales y sus controvertidos proyectos de obras, sobre todo la refinería de Dos Bocas y el imposible aeropuerto de Santa Lucía, por lo que debe recurrir al muy neoliberal expediente de aumentar los impuestos, aunque sean los indirectos, castigando, sobre todo, a la clase media. Más temprano que tarde, tendrá que hacer una reforma fiscal profunda que deberá pasar por el IVA. Esta semana se acabaron los apoyos fiscales a la gasolina premium (la que menos contamina) y habrá, lo que en el sexenio de Enrique Peña Nieto fue llamado gasolinazo, un aumento importante y constante del precio de la gasolina. Al mismo tiempo, se revela que aquello que había adelantado el subsecretario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, será una realidad: revivirá la tenencia federal, obligatoria para todos los estados, con lo que se espera recaudar unos 130 mil millones de pesos. (…) Aceptamos que, sin la relación con Estados Unidos, nuestra economía no es viable. No es poco: es mucho. Había quienes en el gobierno federal y en el partido en el poder pensaban que no los necesitábamos y se envolvían en la bandera nacional para reclamar una actitud más dura, más firme. Ahora hay que ser coherentes con ello y aplicarlo a un programa de gobierno que sigue generando demasiadas incertidumbres. ¿Era necesario ratificar la relación con Estados Unidos e incluso en esta coyuntura aceptar sus condiciones? Sin duda sí, la realidad suele imponerse. ¿Todo esto se había hecho de alguna forma antes, en los gobiernos neoliberales anteriores a la Cuarta Transformación? Sí, porque entonces también lo imponía la realidad, con la única diferencia de que antes se percibía como una decisión política y ahora como una imposición externa. Son medidas, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, que regresan la tranquilidad y la confianza, la inversión y el trabajo. Y es verdad. Es parte de un extraño, inevitable, regreso del viejo liberalismo”.

 

El diablo, los detalles, el peor escenario

Carlos Puig, Milenio: “Decía yo aquí la semana pasada que tal vez el peor escenario de la negociación estadounidense es aquel que sería celebrado como un triunfo. Es decir, que no se impusieran tarifas ayer, pero que por medio de un par de compromisos quedara siempre viva la amenaza de, algún día, imponerlas. Por desgracia, creo que en esas andamos. El acuerdo alcanzado, en el que México pone todo, no tiene metas precisas por las cuales se evalúe si las medidas han sido exitosas o no. Ayer, The Wall Street Journal publicó un borrador de la argumentación que el presidente Trump pensaba hacer para imponer las tarifas argumentando una emergencia nacional. En el documento el gobierno estadunidense afirmaba que del primero de octubre a la fecha se había arrestado a 675 mil inmigrantes sin documentos intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. 95 mil al mes, en promedio, poco más de 3 mil diarios, aunque la cifra ha aumentado considerablemente en los últimos meses. En mayo fueron 140 mil. ¿Cuál debe ser la cifra dentro de 90 días para que no lleguen los aranceles o dentro de 45, cuando se evaluarán las medidas? Ayer, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, dijo que, hasta ayer, Estados Unidos estaba mandando cada día un par de cientos de solicitantes de asilo a México para que esperaran el fin de su proceso, pero que ahora lo podrán hacer “a todo gas”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Dónde esperarán? ¿Cuánto costará? Ayer el director de Comar calculó que para agosto podrían ser 60 mil. ¿Son suficientes para Trump? Porque ayer Marcelo Ebrard dijo con claridad que la posición de Trump es que lleguen allá “cero, que no pasen por México, pero evidentemente, yo creo que esa es una posición imposible, muy difícil”. Y luego, lo del acuerdo “secreto”, que vaya a saber usted si existe o no, si es la “solución regional” de la que habló Ebrard ayer en la mañanera, o simplemente un invento más del presidente estadunidense. Mientras tanto, miles de fuerzas federales al sur, donde entre sábado y domingo hubo seis víctimas de homicidio según el reporte diario del gobierno; en todo el país hubo 214. La única certeza desde el viernes es quiénes fueron los verdaderos perdedores: los migrantes”.

 

El ultimátum de Trump

Raymundo Rivapalacio, El Financiero: “El viernes por la noche el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, habló por teléfono con el presidente Donald Trump, que recién había llegado de Europa, para dar el último jalón al acuerdo migratorio que impediría que se impusieran nuevos aranceles. Las condiciones para esa llamada fueron construidas por el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo, al darle un informe sobre las negociaciones con México para evitar la elevación de aranceles, y comentaron que los mexicanos parecían dispuestos a cumplir con los compromisos alcanzados en las 72 horas de pláticas bilaterales. La conversación no fue fácil, de acuerdo con un funcionario federal, pero funcionó. Ebrard le detalló a Trump lo que había acordado con Pence, Pompeo y el secretario de Seguridad Interior, Kevin McAleenan, que era el reforzamiento de la frontera sur con seis mil miembros de la Guardia Nacional, el control migratorio en Chiapas, tener un censo completo de los inmigrantes que llegaban a la estación en Tapachula, y la ampliación del programa Remain in Mexico (Permanecer en México), dentro de los parámetros de la Sección 235(b)(c) del Acta de Inmigración y Nacionalidad, y de los Protocolos de Protección de Migrantes. -Ya nos lo han dicho antes, respondió Trump, quejándose de incumplimientos previos del gobierno de México, “no van a cumplir”. Ebrard respondió, apelando al beneficio de la duda: “Yo apenas llevo cinco meses”. -Si tú ganas tiempo, yo pierdo electores, replicó Trump. No había duda de las motivaciones centrales de Trump al utilizar los aranceles como un arma de presión migratoria. Ebrard lo supo desde que llegó a negociar el miércoles con Pence y Pompeo en el Salón Roosevelt de la Casa Blanca, donde el secretario de Estado, con cruda franqueza política, se lo había dicho al canciller. El fondo es la migración, afirmó Pompeo, recordaron los funcionarios mexicanos. Y toda la campaña electoral será basada en la migración, le subrayó a su contraparte. (…) No está claro que México va a poder cumplir en mes y medio con frenar la migración y lograr un punto de inflexión. Sin embargo, no tuvieron márgenes más amplios. El ultimátum de Trump solamente se aplazó”.

 

La debilidad de México

Héctor Aguilar Camín, Milenio: “De pronto se hizo visible, para el gobierno y para el país, el tamaño de la debilidad mexicana frente a Estados Unidos. Siempre ha estado ahí, siempre ha sido lo que se llama una relación asimétrica, pero nunca como en estos días un presidente estadunidense sentó a la mesa al gobierno mexicano con una agenda impuesta, decidida de antemano, mediante una amenaza económica, aumentar 5 por ciento los aranceles de nuestro “libre comercio”, con día fijo de cumplimiento, el 10 de junio de 2019, ayer. Nunca, creo, en los últimos 70 años, se había sentado el gobierno mexicano a negociar con tanta prisa y tan atado de manos como se sentó el gobierno de López Obrador la semana pasada. Supongo que cualquier presidente estadunidense hubiera podido hacer eso con cualquier gobierno mexicano de las últimas décadas. Pero no había sucedido algo así sino hasta la semana pasada. Las versiones que circulan sobre la misión negociadora mexicana de estos días abundan en lo mismo: llegaron a escuchar exigencias previamente definidas en materia migratoria del presidente Trump y a intentar no una negociación fructífera sino una rendición lo menos cara posible. Según las mismas versiones, el mayor control de daños que pudo lograrse fue un plazo de 45 días para demostrarle a Washington que se está reduciendo la migración centroamericana y un aplazamiento de la conversión de México en tercer país seguro, condición exigida por Washington pero salvada por los pelos, al parecer, porque requiere la aprobación del Senado mexicano. La condición de tercer país seguro obligaría a México a quedarse dentro de su territorio con toda la migración venida de Centroamérica que busque asilo en Estados Unidos. El control de daños en este aspecto fue que México aceptara “solo” ser responsable de que los migrantes centroamericanos no lleguen a Estados Unidos y de que los que lleguen sean devueltos a México A cinco meses de estar en el poder, todavía con gran popularidad y autonomía política interna, el nuevo gobierno ha encontrado el mayor y el peor de los contrapesos que hubiera podido soñar: las amenazas económicas de Trump, sus exigencias migratorias y la sorprendente y sorprendida debilidad de México para hablar con su vecino”.

 

A 12 de los 32 superdelegados de AMLO los señalan por nepotismo y corrupción, y ya hay sanciones

Dulce Olvera, SinEmbargo: “Al menos 12 de los 32 coordinadores estatales del Gobierno federal, figura cuestionada por debilitar al contrapeso e incentivar el clientelismo, no están exentos de señalamientos. Además de que el delegado de Jalisco Carlos Lomelí es investigado por la Secretaría de la Función Pública en torno a sus negocios farmacéuticos, hay casos de sanciones por la Comisión de la Honestidad de Morena, nepotismo, chapulineo y demás”.

 

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